Trabajaba en un hotel muy bonito situado en medio de un viñedo. Vaya locura. Precioso. Ah, y también tenía un restaurante. No era la primera vez que me encontraba en el mundo de la hostelería, pero aún así hay cosas que cada día te llaman la atención.

Aquel día lo que me captó interés fueron las quejas de mi compañera. Ella se ocupaba de las compras del hotel y del restaurante. Y por supuesto, todo era un lío. Decenas de proveedores, de facturas, de recepciones de mercadería, de teléfonos y direcciones de mail. Todo para poder cumplir con su trabajo.

Y entonces se me vino una idea a la cabeza:

¿Y si se pudiera comprar todo en un sitio, por la web?

¿Y si la información estuviera toda allí y desaparecieran esas quejas?

En ese momento nació Pink Ant. Claro, pasaron unos años hasta que se lo comenté a mis socios (también hoteleros de años), para que luego tomáramos coraje y comenzáramos con la aventura.

Sabemos lo que te está pasando, y comprendemos el problema de buscar y buscar proveedores que te ayuden a que esos días repletos de clientes sean un poco menos pesados.

Para ello trabajamos cada día. Para tí.